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UNIVERSIDADES Y DESARROLLO EN EL GRAN CARIBE
UNIVERSIDADES Y DESARROLLO EN EL GRAN CARIBE
La Asociación de Estados del Caribe ha establecido entre sus prioridades servir de espacio de diálogo para la conformación de redes de investigadores de distintas nacionalidades caribeñas, vinculados a las universidades, con el propósito de compartir estudios y experiencias para producir soluciones a los grandes problemas de nuestra economía, de la sociedad y de la cultura en general.
Nadie duda que las enseñanzas y las investigaciones que se realizan en las universidades tienen enorme importancia para el desarrollo de la región. El Caribe, es sabido, afronta problemas graves, en medio de una situación general de crisis, que afecta en forma severa a unos países más que a otros. Con una economía con índices de deuda preocupantes, con una altísima vulnerabilidad ante situaciones de desastres provocados por fenómenos naturales y con necesidades urgentes de diversificar sus economías, promover la agricultura y lograr porcentajes aceptables de inversión de capital en el sector productivo.
Ante la complejidad de los problemas existentes, el Caribe tiene que ser capaz de estudiar su propia realidad social y encontrar respuestas creativas. Una de las mejores maneras de hacerlo es promoviendo en sus universidades estudios e investigaciones de alto nivel. Invertimos mucho dinero en las instituciones de educación superior, tenemos un cuerpo muy distinguido de profesores e investigadores vinculados a ellas y formamos a un grupo grande de profesionales brillantes. Y, sin embargo, por extrañas razones, mucha de esa capacidad se desperdicia en el trabajo individual, ante la ausencia de un diálogo regional.
Cojamos como muestra tan sólo al Caribe insular. ¿Cuántas universidades hay en los límites de CARICOM? Yo recuerdo que cuando hacía esta pregunta hace apenas 15 años atrás, siendo embajador de Colombia en Jamaica, la respuesta invariable era que más allá de la West Indies existía un número muy pequeño de universidades privadas. Me mencionaban dos o tres a lo sumo.
Sin profundizar mucho en sus cualidades, existen en los límites de CARICOM alrededor de 25 instituciones de educación superior. ¿Qué hacen, además de impartir educación profesionalizante? ¿Invierten en investigación? ¿Cuántas tienen como objeto de sus investigaciones estudios sistemáticos sobre la realidad caribeña en sus múltiples aspectos? ¿Con qué presupuesto trabajan y con qué aliados? ¿Más allá de preocuparse sus investigadores por la publicación de un escrito en las revistas norteamericanas y europeas –escrito que casi nunca es leído por los caribeños que toman decisiones- qué más hacen?
No dudo que pese a los pocos capitales en circulación disponibles para investigación hay muy buenos estudios en cada ámbito nacional. Magníficos investigadores jamaicanos que trabajan sobre temas jamaicanos o Trinitarios trabajando sobre temas trinitarios y así en las demás islas. Pero estoy seguro que muy pocos entre el pequeño número dedicado a los temas nacionales están en la búsqueda de soluciones prácticas a nuestros problemas.
Ni hablar, entonces, de perspectivas regionales. Es decir, de miradas que más allá de CARICOM abarquen al Gran Caribe, con sus islas de diversas procedencias y sus costas continentales. Por ejemplo, si la diabetes, la hipertensión o el asma infantil son problemas graves en todo el Caribe con características propias, ¿por qué no tenemos investigadores de distintos países caribeños compartiendo sus estudios en la búsqueda de una mayor comprensión y de soluciones de escala? O ¿en lo que se refiere a los desastres de origen natural, que afectan de manera grave el desarrollo de los países caribeños y provocan tragedias humanitarias enormes, por qué no aunar esfuerzos? O simplemente para estudiar entre todos como volver más eficiente y productivo el turismo sostenible, como fuente clave de nuestra economía.
Además de las universidades de los países de CARICOM, tenemos en el Gran Caribe universidades en México, Colombia, Venezuela, República Dominicana, Cuba, los departamentos de ultramar franceses y toda Centro América, con investigadores de talla internacional estudiando problemas similares, inmersos también en sus temáticas nacionales, con quien los miembros de CARICOM podrían hacer equipo y colaborar en trabajos comparativos de enorme valor para construir soluciones más completas.
La AEC cree que es necesario impulsar las redes de investigadores del Gran Caribe en función de un diálogo regional que promueva la construcción de conocimientos para el progreso económico, social y cultural de sus países. En ese orden de ideas, facilitó el encuentro reciente, durante el mes de agosto, del Vice Chancellor de la Universidad de West Indies, Professor E. Nigel Harris, con rectores de las universidades de Colombia, en el marco del XI Seminario Internacional de Estudios del Caribe. En dicha reunión se planteó como una primera tarea juntar en Jamaica investigadores de West Indies y de las universidades colombianas. Lo ideal sería que esta actividad se pudiera realizar con el resto de países del Gran Caribe.
Cómo impulsar la productividad mediante la inversión de capitales, diversificar nuestra economía, defendernos de los desastres naturales, consolidar el turismo sostenible y mejorar las condiciones de salud son algunos de los temas en los que las redes de investigadores pueden compartir experiencias y aportar conocimientos valiosos para el buen desempeño de nuestras naciones. Nuestras expresiones culturales, tan similares y tan ricas en creatividad, tienen una importancia crucial para la economía de las islas caribeñas, basadas, casi todas, en el turismo. Igual importancia tienen para nuestra identidad como pueblos caribeños. Este es otro campo en el que podemos beneficiarnos del diálogo colectivo de investigadores, estudiosos de las culturas del gran Caribe.