Entrando en una nueva era del turismo

LA AEC EN EL GRAN CARIBE

“Entrando en una nueva era del turismo”

 

El Caribe está físicamente bendecido con una pléyade de recursos naturales que van desde preciosos enclaves de selvas tropicales y un sol brillante, hasta costas de arenas blanquísimas bañadas por aguas serenas. No es sorprendente que esta región haya sido uno de los destinos turísticos de punta del mundo. El turismo es, sin duda alguna, el sector de exportación de mayor importancia en el Caribe y tiene la capacidad inherente para diversificar la economía caribeña, estimular la actividad empresarial, catalizar la inversión, crear elevados números de puestos de trabajo sostenibles y contribuir al desarrollo social en las comunidades locales. 

A lo largo y ancho del Caribe de habla inglesa, la industria del turismo es la principal fuente de ingresos para estos Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS). Es por esta razón que el turismo es considerado como ‘el motor del crecimiento económico’ en la región. En este momento el turismo representa el 14.8% del producto interno bruto y el 15.5% del empleo (Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, 2012). Tomando en cuenta esos datos estadísticos, resulta evidente que el turismo juega un rol vital en el sostenimiento del desarrollo de las islas del Caribe. El turismo no solo genera ingresos para los países y sus pueblos, sino que conduce también al desarrollo de otros sectores dentro de estas economías, dado su carácter multisectorial en términos de concatenaciones progresivas y regresivas con otros sectores generadores de ingresos dentro de las economías de estos países.

El desarrollo y sostenimiento del producto turístico del Caribe es el resultado de un esfuerzo combinado no solo de los componentes turísticos más obvios como son los turoperadores, las agencias de viaje y la hostelería, sino también de otros sectores como la agricultura, los servicios financieros, la transportación, la alimentación, la cultura y otros servicios técnicos y productos materiales (maquinaria, equipos, instrumentos) cuya participación se requiere para apoyar las actividades de viajes y atracciones turísticas. Esto quiere decir que el turismo en sentido general genera ingresos en forma de ganancias en divisas, mayores utilidades, empleos y desarrollo de infraestructuras.

Manteniendo presente la importancia ya referida que la industria del turismo reviste para la región, los líderes del Caribe están conduciendo a sus países hacia el desarrollo de iniciativas y prácticas turísticas sostenibles para salvaguardar así la sobrevivencia futura de sus economías y de los tesoros naturales.

En un esfuerzo por preservar el principal sector generador de ingresos de la región, la Dirección de Turismo Sostenible de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) ha desarrollado varios proyectos que pueden arrojar proporciones inmensas de beneficios para la región y garantizar su longevidad como uno de los actores turísticos de punta del mundo. Una de las iniciativas propuestas más notable es la Zona de Turismo Sustentable del Caribe (ZTSC). La ZTSC trata de abordar tres retos que afectan el turismo en la región del Gran Caribe, que son: el prematuro envejecimiento de los destinos turísticos; los cambios en la preferencia del consumidor en cuanto al producto turístico, y los principales factores que afectan negativamente la atmósfera terrestre y marina como resultado de los inevitables y catalizadores cambios climáticos.

La ZTSC es una respuesta viable a estos desafíos y, por ende, persigue como propósito:

  • Mantener la competitividad y la sostenibilidad de los destinos mediante la generación por el turismo, que es la fuerza rectora de nuestras economías, de divisas-puestos laborales-productos.
  • Garantizar la participación de la comunidad en la planificación del turismo y en los beneficios de esta actividad. El turismo transforma las sociedades y los espacios, y los ciudadanos tienen que aceptar esta realidad y ayudar a definir y controlar las áreas turísticas mediante mecanismos introducidos por el Estado y los que genera la propia sociedad civil.
  • Conservar el medioambiente y la cultura, que son el patrimonio fundamental de los países del Caribe y juegan un importante papel en el desarrollo del turismo.

 

La AEC aboga, a través de los Estados Miembros de la región, por lograr la ratificación de este instrumento bajo los términos de un turismo sostenible, ya que con él se estaría estableciendo la primera Zona declarada de Turismo Sostenible en el mundo, lo que permitiría a la región del Gran Caribe desarrollar estrategias de marketing que impriman a la región una ventaja competitiva para contrapuntear así con mayor eficacia, con otros destinos y regiones.   

La instauración de la Zona de Turismo Sustentable puede convertirse en una herramienta poderosa para la movilización de fondos en aras del desarrollo de nuevos proyectos de turismo sostenible en la región, así como para el fortalecimiento de la capacidad en materia de recursos humanos, a fin de lograr la conservación de los recursos naturales y culturales para generaciones futuras a partir de la instrumentación de indicadores de sostenibilidad del turismo.

Por otro lado, la AEC respalda la diversificación del producto turístico tradicional que ofrece el Caribe. La diversificación del producto turístico para la región se puede lograr mediante el establecimiento de mercados nicho que complementen el desarrollo sostenible de la industria.

El mercado turístico ‘experimental’ o nicho de mercado incorpora a partes iguales los recursos naturales y culturales, y la participación de la comunidad, y es el segmento del mercado turístico de más rápido crecimiento. Los mercados nicho, como el ecoturismo, el turismo de aventura y el turismo cultural-patrimonial, posibilitan la diversificación del mercado y han creado oportunidades para países en el Gran Caribe fuera del modelo turístico anterior de sol, arena y playa. Con una planificación cuidadosa y la diversificación de los mercados emisores, como es el aprovechamiento de nuevos mercados en América Latina, se pueden recoger elevadas ganancias para la región. Los beneficios que se agregan es que bien desarrollados y gestionados, los segmentos nichos en el mercado del turismo pueden mejorar la gama de productos turísticos de los países, al tiempo que elevan su competitividad como lugares para vivir, visitar, trabajar e invertir. Los esfuerzos de la AEC en este sentido están dirigidos a profundizar el diálogo y la cooperación, para incrementar las oportunidades de que los países se beneficien a partir de estos segmentos del mercado nuevos y emergentes.

En esta coyuntura es importante que la región adopte un enfoque colectivo y que los actores en el terreno del turismo alineen sus actividades hacia una meta común y comprensión del concepto y la práctica del turismo sostenible. Por esa razón, es necesario el liderazgo y la activa participación del sector público y privado, que incluya a las Autoridades Regionales del turismo, los negocios turísticos, la comunidad de ONG y las partes interesadas regionales e internacionales relacionadas al desarrollo y promoción del turismo, para de esta forma impulsar y mejorar la sostenibilidad del sector.

La implementación de las prácticas del turismo sostenible, sin duda alguna, llevará a que esta región sea declarada como la primera Zona oficial de Turismo Sustentable del mundo, colocando al Gran Caribe como un destino de primera en la nueva era del turismo. Los países podrán entonces estar seguros de que sus industrias y productos turísticos se adentrarán en el futuro para las generaciones venideras.

 

Julio Orozco es el Director de Turismo Sostenible, con la colaboración de:

Amanda Charles, Asesora de Turismo Sostenible.

Rehanna Ramroop, Asistente de Investigación – Turismo Sostenible.

 

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