AEC aplica terapia SHOCS a las naciones del Caribe
AEC aplica terapia SHOCS a las naciones del Caribe
En la Nochebuena de 2013, un severo e intempestivo sistema de baja presión pasó sobre el Caribe Oriental. Las dos islas más gravemente afectadas, Santa Lucía y San Vicente y Las Granadinas, fueron azotadas por lluvias torrenciales y fuertes vientos que depositaron alrededor de 10 pulgadas de lluvia en un periodo de 24 horas desde la Nochebuena hasta el día de Navidad.
Santa Lucía experimentó grandes inundaciones y deslizamientos de tierra en los principales corredores que atraviesan la isla resultando en daños masivos en infraestructura. Las infraestructuras críticas de transporte colapsó con dos de los principales puentes en Canarias y Piaye siendo destruidos y otros puentes requiriendo evaluaciones. Otras infraestructuras de carretera también fueron dañadas previniendo el acceso hacia algunos pueblos. No hubo informes de daños permanentes en San Vicente y Las Granadinas, sin embargo, secciones de las isla siguen siendo inaccesibles. Como resultado de las inundaciones y de los deslizamientos de tierra que ocurrieron durante y después de las lluvias, hubo trece víctimas registradas; ocho en San Vicente y Las Granadinas y cinco en Santa Lucía.
Se espera que los daños de la tormenta asciendan a los diez millones de dólares. Esto es especialmente exacerbado debido a que ambas islas siguen lidiando con los costos de rehabilitación del Huracán Tomás el cuál azotó la isla hace tres años en 2010, causando daños de US$288 millones y US$588 millones en San Vicente y Las Granadinas y Santa Lucía, respectivamente. En general, se estimó que los daños de infraestructura causados por la tormenta son similares con los ocasionados por el Huracán Tomás.
Los retos que enfrentan las islas y los daños causados por este inesperado e intempestivo evento sirve para destacar algunas de las vulnerabilidades particulares de los pequeños Estados insulares que constituyen una parte significativa del Gran Caribe. Debido a una infinidad de cuestiones incluyendo la falta de una infraestructura de comunicación especializada, la falta de recursos tecnológicos y en algunos casos la falta de recursos humanos, comprometen la capacidad de las islas de avisar a sus habitantes y prepararse debidamente para tales eventos. Es esta falta de capacidad que la Asociación de Estados del Caribe (AEC) está tratando de resolver a través de la implementación de proyectos como SHOCS – Fortalecimiento de Operaciones y Servicios Hidrometeorológicos en los PEID (Pequeños Estados Insulares en Desarrollo) del Caribe.
Fundada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Finlandia y realizada específicamente por el Instituto Meteorológico Finlandés (IMF) como parte de la Política de Desarrollo Finlandesa adoptada en el año 2007, el proyecto SHOCS busca incrementar la capacidad de las agencias Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) y Reducción de Riesgo de Desastres (RRD) en la preparación de los Estados del Caribe para los efectos adversos de los desastres naturales.
Las estadísticas proporcionadas por una publicación del año 2011 de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) [1] indicó que en la región Caribeña entre los años 1980 y 2007, cerca del 98 por ciento de los desastres, el 99 por ciento de las víctimas y el 99 por ciento de las pérdidas económicas relacionadas con los peligros naturales fueron provocados por eventos recurrentes relativos a la meteorología, hidrología y el clima tales como fuertes vientos, ciclones tropicales, lluvias torrenciales e inundaciones posteriores. El refuerzo ulterior de los servicios meteorológicos e hidrológicos nacionales y de los relacionados Sistemas de Alerta Temprana (SAT) resulta de creciente importancia para asegurar la reducción de riesgos mediante la preparación.
Al evaluar las necesidades relacionadas con los servicios hidrometeorológicos de los PEID del Caribe, la Fase 1 del proyecto SHOCS identificó un número de desafíos financieros, institucionales, técnicos y operativos. No diferente a los demostrados en la Navidad, estos desafíos limitan la capacidad de los servicios de pronóstico del tiempo de las oficinas meteorológicas de los PEID para asegurar la preparación. Diez (10) de los dieciséis (16) países participantes en la evaluación acordaron que el fortalecimiento de la capacidad institucional, particularmente relacionada con la dotación del personal, resulta esencial para muchos SMHN que se encuentran actualmente falto de personal y/o faltante de personal entrenado-profesionalmente. Otro desafío destacado es la falta de recursos técnicos para mejorar la detección, control y pronóstico de peligros, con muchos países observando que los modelos existentes no pueden capturar la información a la escala que requieren los pequeños estados insulares, lo que le permitirían identificar incidencias como intensas precipitaciones que pudieran causar inundaciones y deslizamientos de tierra repentinos.
Las oportunidades de desarrollo de la capacidad para los SAT deben, por tanto, ser apoyados por recursos humanos, financieros y materiales adecuados para asegurar la sostenibilidad y la efectividad a largo plazo. Con esto en mente, la Fase II de SHOCS se basa en la evaluación proporcionada por SHOCS I para proveer herramientas concretas y crear así la capacidad de recuperación de los impactos de los peligros hidrometeorológicos. Buscará mejorar la capacidad operativa de los servicios meteorológicos y climáticos de los PEID Caribeños al restaurar la operación de por ejemplo las Estaciones Meteorológicas Automáticas (EMA) existentes en islas seleccionadas, e incrementar el volumen de datos de observación hidrometeorológicos compartidos regionalmente. Además, proporcionará entrenamiento técnico para los meteorólogos y los técnicos de TI para incrementar así su capacidad de analizar las situaciones meteorológicas y entregar pronósticos, alertas y alarmas e información relacionada de manera oportuna.
De hecho, los eventos que ocurrieron en las hermanas islas de Santa Lucía y San Vicente y Las Granadinas son una tragedia de enormes proporciones. El impacto de la tormenta indica que todos los componentes del proceso de SAT deben ser fortalecidos, desde el análisis de los riegos, la diseminación oportuna y autoritativa de las alertas basadas en riesgos y la habilidad de activar planes de emergencia para prepararse y responder. El fallo de alguno de estos componentes pueden llevar a la falla de todo el sistema. La AEC entiende esta realidad y con la asistencia de otras organizaciones regionales mediante el proyecto SHOCS, busca reforzar la preparación de las sociedades Caribeñas para un futuro ataque sorpresa.
George Nicholson es el Director de Reducción de Riesgos de Desastres de la Asociación de los Estados del Caribe. Nayaatha Taitt es la Asistente de Investigación en la Dirección de la Reducción de Riesgos de Desastres de la Asociación de Estados del Caribe. Cualquier comentario o correspondencia debe ser enviada a feedback@acs.org
[1] World Meteorological Organization (WMO), 2011. Strengthening of risk assessment and multi-hazard early warning systems for meteorological, hydrological and climate hazards in the Caribbean. (Organización Meteorológica Mundial (OMM), 2011: Fortalecimiento de la evaluación de riesgos y de los sistemas de alerta temprana multi-riesgos para los peligros meteorológicos, hidrológicos y climáticos en el Caribe).