Indicaciones Geográficas: Oportunidades Económicas para la región de la AEC

Indicaciones Geográficas: Oportunidades Económicas para la región de la AEC.

 

El énfasis de los derechos de propiedad intelectual (DPI), especialmente las Indicaciones Geográficas, en el Gran Caribe, reviste una tremenda importancia para el futuro del desarrollo económico y la innovación en la región. El Gran Caribe acoge diversas culturas y una enorme riqueza de conocimiento tradicional que se puede promocionar en todo el orbe, tomando en cuenta la debida protección que se dispone en el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados al Comercio (Acuerdo TRIPS). Este enfoque brinda nuevas estrategias en el desarrollo de marcas para diferenciar los productos que se originan en la región de la AEC.

 

Según un artículo titulado “Indicaciones Geográficas Protegidas para los Países del ACP: ¿una Solución o un Espejismo?”, de la autoría del Centro Internacional de Comercio y Desarrollo Sostenible (en lo adelante ICTSD): “Las Indicaciones Geográficas (IG) son signos distintivos que se utilizan para diferenciar mercancías que compiten entre sí. Su propiedad es colectiva con una fuerte base de origen que les es inherente, es decir, el origen geográfico al cual estas se refieren”. Esto comúnmente a lo que más alude es a los productos agrícolas y toma en cuenta el uso de los métodos tradicionales de extracción y procesamiento. Cuando se emplean correctamente, las IG constituyen una herramienta eficaz de marketing, que imprime a los productos que se originan de los mayormente pequeños Estados de la región de la AEC, la tan necesaria ventaja para lograr una presencia de mercado en la arena internacional.

 

Lamentablemente, para los países en vías de desarrollo de la región del ACP, muy pocos productos han aprovechado los beneficios que brinda la protección de las IG. La diversidad y riqueza cultural presente en varias regiones nos está diciendo que se puede hacer mucho más para cosechar los beneficios económicos que se derivan de los recursos disponibles y obtener reconocimiento internacional.

 

Se pudiera decir que las razones tras el limitado uso de las IG descansan en la ausencia de capacidades suficientes para que las organizaciones productoras saquen provecho de estas iniciativas. El ICTSD afirma que las organizaciones productoras “son la fuerza rectora en la definición de especificaciones y en el establecimiento de procesos de control de la calidad, pero estas tienen también que tomar en cuenta desde el principio las expectativas del consumidor y las capacidades de la cadena descendente de distribución”. Sin embargo, hay varias historias exitosas en las que se han superado y compensado estos obstáculos mediante el mayor valor de dichos productos, como se puede apreciar con el aceite de argán que se origina en Marruecos.

 

La referencia a las indicaciones geográficas no es nueva en el diálogo del Gran Caribe. Su potencial económico y valor cultural se ha reconocido y analizado desde hace mucho en varios foros durante años para diversos productos tradicionales. En una nota introductoria sobre las IG, la Organización Mundial del Comercio afirma que el Caribe se puede beneficiar de varias formas a partir del uso de las IG gracias a:

  • Posibilita un reconocimiento más sólido del sello asignado que las propias marcas registradas. Permite también a los titulares de los derechos cobrar una prima por encima del margen del precio.
  • Garantiza la calidad y la procedencia, ayudando así a afianzar la protección al consumidor.

 

La región ha disfrutado ya de cierto éxito sustancial en su industria del ron a partir de las indicaciones geográficas. La OCDE destaca en un artículo titulado “Historia de un Caso de Ayuda para el Comercio: el Sector del Ron del Caribe”, que como empleador de peso y una fuente importante de ingresos gubernamentales, el ron es un producto de importancia clave para el bienestar social y económico de la región del Caribe. Como se dijo con anterioridad, el Caribe ha disfrutado de una amplia protección para sus países productores de ron, como Barbados – Ron Mount Gay, Jamaica – Ron Appleton Estate, y Guatemala – Ron Zacapa, por nombrar algunos.

 

Pero todavía se necesita una acción más concreta para profundizar el desarrollo de las IG en la región. Una limitante notable que se resalta en un trabajo del Centro Shridath Ramphal, es que “no existe un sistema regional para la protección de las Indicaciones Geográficas (IG) en el Caribe, esta protección varía según el país”. Algunos Estados Miembros de CARICOM, como Antigua y Barbuda, Barbados, Trinidad y Tobago, Santa Lucía, Dominica y Jamaica, cuentan con una legislación sui generis redactada o que ya está en vigor. Belice es el único país de la región que protege las IG como marca de certificación bajo su Ley de Marcas Registradas”. Otros, por su parte, (Guyana, St. Kitts y Nevis, Granada y Surinam) no poseen aún una legislación que proteja las IG. No obstante, a manera de refuerzo de la legislación local existe una serie de acuerdos bilaterales de PI firmados por Miembros de la AEC, como por ejemplo: el Acuerdo Cotonou, el Acuerdo de Asociación Económica CE-CARIFORUM, el Acuerdo CAFTA-RD, y Trinidad y Jamaica han firmado varios Acuerdos de PI con EE.UU.

 

Partiendo de un ejemplo en la República Dominicana reportado por Listin Diario, “estos han ideado una forma para llegar a mercados grandes, superando las debilidades y la fuerte competencia internacional, mediante la formación de clústers o asociaciones que les permiten vender sus productos bajo un solo sello, aprovechando las oportunidades de marketing de la ubicación geográfica”. Las IG permiten a los productores pequeños penetrar los mercados internacionales mediante el uso de sólidas organizaciones de productores. Algunas de estas marcas representan miles de productores pequeños. En el caso del sector del cacao, la membresía ha llegado a 36,000. El éxito de esta empresa se ha atribuido a la cooperación de los productores para enfrentar con eficacia la competencia internacional y, por extensión, han sido capaces de penetrar mercados distantes y sacar provecho a partir de la distribución equitativa de las ganancias”.   

Estos son meramente dos ejemplos de entre muchos en la región del Gran Caribe, lo cual fundamenta una incorporación más profunda de las IG en el perfil comercial. Las historias de éxito mencionadas indican que, con el manejo apropiado, la diferenciación del producto ofrece potencial para el valor agregado, la generación de empleo y la diversificación de la exportación. Acompañado con la capacitación acorde e incentivos adecuados, se puede lograr avanzar en el arranque de industrias incipientes y revitalizar las maduras, cosechando las ganancias para el comercio que se pueden obtener a partir del manejo eficaz de las Indicaciones Geográficas.

 

Jeanelle Clarke, Dirección de Comercio de la Asociación de Estados del Caribe. Se pueden enviar correspondencia o comentarios a feedback@acs-aec.org